No nos equivocamos, no improvisamos, siempre impresionamos
Kristina
Eger
“El
todo es mayor que la suma de sus partes.”
Los amantes de la música clásica
conocen el placer de escuchar la música de una orquesta, pero también recuerdan
el desagrado de aguantar el sonido de un grupo desafinado. Mientras que el
grupo crea un resultado peor que si tocaría cada miembro individualmente, el
conjunto de los músicos en la orquesta crea un sonido sublime que ningún
miembro podría alcanzar individualmente.
Asimismo, existen equipos de trabajo
en los cuales la suma del conjunto es menor que el resultado individual, y
equipos de alto desempeño en los cuales los miembros están profunda y
recíprocamente comprometidos con su desarrollo y éxito.
Como dice el adagio “la música es el
idioma universal”, y por lo tanto nos puede enseñar cómo lograr formar equipos
de alto desempeño en nuestras empresas. A través de la comparación con la
orquesta, se desarrollarán las claves para lograr conformar un equipo de alto
desempeño.
1. Seleccionar los instrumentos que
componen la orquesta
Una orquesta en la cual solo tocan
flautas no es una orquesta, es un grupo de flautas. El director debe
seleccionar a diversos músicos: empezando por las flautas y todos los
instrumentos de vientos, siguiendo con los instrumentos de cuerdas y la
percusión. Algunos tocan instrumentos más fuertes, otros más suaves, más altos
o más bajos. La composición de la orquesta es diversa y complementaria. Cada
instrumento suena diferente, pero lo más importante es que cada músico sea un
maestro al tocar su instrumento.
Al igual que en una orquesta, el
Director de Proyecto debe seleccionar los miembros de su equipo según las
tareas que tendrán y las capacidades que necesitan. Un equipo de alto desempeño
está compuesto por personas con competencias complementarias. Como los
instrumentos más suaves versus los más fuertes, también los miembros de un
equipo deben tener diferentes características. De nada sirve tener a un grupo
de galácticos que todos buscan el protagonismo, pero no son jugadores de
equipo. “La riqueza de los equipos de
trabajo está precisamente en la diversidad de sus integrantes.”[1]
2. Crear el sonido de la orquesta
Cada orquesta tiene su propio
sonido. Se compone del sonido de cada instrumento, pero es mayor a la suma de
estos, más bien es el resultado de una transformación. Los músicos, al ponerse
el traje de la orquesta, dejan de competir por sobresalir, dejan de tocar más
fuertes para ser escuchados en la masa de instrumentos. Con el transcurso del
tiempo, se van conociendo y empiezan a escuchar el sonido de cada uno, integrando
su propio sonido al todo, creando un sonido que parece ser una sola voz. Aquí
aplica la lección aprendida de la fábula de la liebre y la tortuga: “Cuando dejamos de competir contra un rival
y comenzamos a competir contra una situación, … obtenemos mejores resultados.”[2]
Solo al dejar las ambiciones de sobresalir como el mejor músico de la orquesta,
cada genio musical puede formar parte de la voz única que caracteriza cada
orquesta.
Como miembros de un equipo de
trabajo, también tenemos que dejar nuestras ambiciones de ganarles a nuestros
colegas. Nuestra meta no es ganarle al colega, sino ganar como equipo a otros
equipos. Para lograr esta misión necesitamos un héroe, pero el héroe no es un
miembro del equipo, puede ser cualquier miembro del equipo. Como nos enseña el
ensayo de Noé y la innovación en equipo: “…el
ambiente adecuado puede hacer que surjan buenas ideas de quien parecía incapaz
de tenerlas.”[3]
Para crear un ambiente adecuado el
Director de Proyecto debe crear un espíritu de equipo. Primero, puede motivar
al equipo de escoger un nombre para su equipo. Según Muñoz Jiménez, esto “se constituye en una actividad integradora
del equipo y generadora de iniciativas.”[4]
Pero también puede repartir camisetas de la empresa, las cuales muestran la
identificación del equipo con la empresa y las cuales muchos trabajadores
cargan con orgullo. Finalmente, no se debe olvidar que el equipo está compuesto
por personas como nosotros, quienes aparte de su trabajo también gozan de
actividades extra laborales. Los músicos y artistas en general, son conocidos
por ser muy fiesteros, y seguramente esta actividad, aunque no sea parte de sus
ensayos, les ayuda a conocerse mejor y crear un espíritu de equipo muy fuerte.
3. Desarrollar a los maestros
musicales
La confianza es la clave para el desarrollo
personal. Según los tipos de personalidades identificados por Florence
Littauer, los músicos tienden a tener una personalidad melancólica, que les da
el temperamento artístico, el talento para producir una gran obra de arte, pero
al mismo tiempo está relacionada a una autoestima bajo y a la
auto-desaprobación.[5]
Por lo tanto, el Director de la Orquesta tiene que transmitir confianza a su
equipo musical. Él debe estar convencido del talento humano que tiene y de los
resultados insuperables que la orquesta puede lograr. Pero no es suficiente que
lo sepa el Director de la Orquesta. Este tiene la tarea de motivar a su equipo.
Aunque el equipo de trabajo que
dirige un Director de Proyecto está compuesto por personas con diferentes tipos
de personalidades, la motivación del equipo sigue siendo una tarea muy
importante, especialmente en situaciones de conflictos. Los conflictos que
existen en todo grupo de personas pueden destruir a un equipo, así como lo
pueden fortalecer. El resultado depende en gran medida de las habilidades de
gestión del Director de Proyectos.
Aunque nuestro equipo – sea una
orquesta o un equipo de trabajo en una empresa – contenga los mejores
integrantes del mundo, su desempeño no siempre será óptimo. El rol del director
es dirigir a los miembros del equipo hacia su mejorar potencial, por lo cual
debe recompensar el desempeño de cada uno. Para tal motivo debe emplear una
comunicación asertiva y tomar en cuenta el consejo de dar “los reconocimientos …
en público, las llamadas de atención, en privado.”[6]
4. La varita mágica del Director de
la Orquesta
Para los que no entendemos mucho de
la música clásica, el director es el pingüino que hace movimientos chistosos
con la batuta. Para los que tocamos en una orquesta la batuta es como una
varita mágica con la cual el Director de la Orquesta transmite su energía hacia
la orquesta. El director es como un transmisor entre las notas escritas en la
partitura y el sonido producido por la orquesta. En su mímica el director
expresa el sentimiento que el público experimentará al escuchar el sonido de la
orquesta.
Aunque los sentimientos son un tema
del cual no hablamos mucho en nuestros equipos de trabajo en la empresa, si se
pueden percibir – queramos o no. Solo así se explica la percepción de un
miembro del equipo del proyecto de una preocupación ajena al trabajo y no
expresada explícitamente por su jefe: “Claro
que lo percibimos y sabe lo que pasa, … lo que pasa es que su preocupación se
traslada a todos nosotros.”[7]
Mientras que en la orquesta la imitación de los sentimientos expresados por el
Director de la Orquesta es intencionada, no lo es en una empresa. Pero,
sabiendo que sí es algo que ocurre aún en un ambiente de trabajo de empresas,
es un poder que podemos usar para inspirar a nuestros equipos. El compromiso
del líder es llevar el ánimo en toda circunstancia y controlar que la presión
del trabajo sea una fuerza vital.
Orquestas de alto desempeño: no nos
equivocamos, no improvisamos, siempre impresionamos
Aún después de tantos siglos desde
su existencia y tantas invenciones de música electrónica, las orquestas de
música clásica no han sido sustituidas. Los elementos que clasifican a estos
equipos de alto desempeño pueden servirnos como pautas para formar equipos de
alto desempeño en nuestras empresas: la riqueza de la diversidad, el espíritu
de equipo, la motivación, la retroalimentación constructiva y, más importante,
la inspiración.
El
mismo grupo de músicos puede sonar magnífico o mediocre.
Todo
depende del Director de la Orquesta.
Bibliografía
Fábula de la tortuga y la liebre (versión
actualizada). Publicado en Newsletter Eduardo
Press Consultores. Obtenido el 09 de marzo de 2013 de: http://www.epconsultores.com/servicios/newsletter_13_8-4.htm
LITTAUER, Florence. Enriquezca su
personalidad. Cómo entender a los demás por entender a ti mismo. Miami:
Unilit, 1993.
MUNOZ JIMENEZ, Fabio. Gestión del
talento humano: Estrategias para seleccionar y mantener a las mejores personas
en nuestro equipo. Universidad para la Cooperación Internacional (UCI),
Enero 2013.
MUNOZ JIMENEZ, Fabio. Los nuevos
Galácticos y la final de película. Universidad para la Cooperación
Internacional (UCI).
Noé y la innovación en equipo. Publicado el 04 abril 2011 por
Jcvalda. Obtenido el 09 de marzo de 2013 de: http://estratega.typepad.com/estratega/2005/02/no_y_la_innovac.html
[1] MUNOZ JIMENEZ, Fabio. Los
nuevos Galácticos y la final de película. Universidad para la Cooperación
Internacional (UCI), p.4.
[2] Fábula de la tortuga
y la liebre (versión actualizada). Publicado en Newsletter Eduardo Press
Consultores. Obtenido el 09 de marzo de 2013 de:
http://www.epconsultores.com/servicios/newsletter_13_8-4.htm
[3] Noé y la innovación en equipo. Publicado el 04 abril 2011 por
Jcvalda. Obtenido el 09 de marzo de 2013 de:
http://estratega.typepad.com/estratega/2005/02/no_y_la_innovac.html
[4] MUNOZ JIMENEZ, Fabio. Gestión
del talento humano: Estrategias para seleccionar y mantener a las mejores personas
en nuestro equipo. Universidad para la Cooperación Internacional (UCI),
Enero 2013, p. 8.
[5] LITTAUER, Florence. Enriquezca
su personalidad. Cómo entender a los demás por entender a ti mismo. Miami:
Unilit, 1993.
[6] MUNOZ JIMENEZ, Fabio. Gestión
del talento humano: Estrategias para seleccionar y mantener a las mejores
personas en nuestro equipo. Universidad para la Cooperación Internacional
(UCI), Enero 2013, p.6.
[7] MUNOZ JIMENEZ, Fabio. Gestión
del talento humano: Estrategias para seleccionar y mantener a las mejores
personas en nuestro equipo. Universidad para la Cooperación Internacional
(UCI), Enero 2013, p.5.
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